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Contar es mi forma de caminar. Esta bitácora de viaje interior revela cómo un proyecto sobre iglesias se transforma en una búsqueda más profunda: escuchar, observar, narrar desde la emoción y la conciencia. Porque el verdadero viaje no siempre comienza al llegar, sino al hacerse preguntas.

Tras meses buscando historias en rincones remotos del planeta, Mireia Merino descubrió que no hacía falta cruzar fronteras para encontrar grandes relatos: bastaba mirar a su alrededor. A veces, el periodismo más valioso surge del dolor cercano, de lo cotidiano convertido en tragedia, y de esas voces silenciadas que esperan ser escuchadas.

Viajar me enseñó que las historias más valiosas no están en los destinos, sino en quienes los habitan. Mi proyecto busca dar voz a esas personas, escuchar sus relatos sin prisa ni guiones. Porque ser periodista, para mí, es acompañar la transición cultural con honestidad, aprendiendo a mirar, preguntar y escuchar de verdad.

El miedo y el perfeccionismo me acompañan en la antesala de este viaje. Sin grandes equipos ni certezas, he aprendido que la verdadera fuerza está en la autenticidad. Este documental no busca la perfección: busca ser real, cercano y honesto, como el periodismo que quiero construir paso a paso.

Un libro de la infancia encendió mi sueño de viajar a Borneo, hoy corazón de mi TFM. Enfrentar la complejidad de la conservación y mis propios miedos ha sido revelador: la verdadera aventura no está solo en el destino, sino en aprender a navegar la incertidumbre y adaptarme al ritmo imprevisible del viaje.

El aprendizaje constante es clave para evolucionar en el periodismo y los viajes. Tras actualizar mis conocimientos, mi mirada se volvió más crítica y profunda. Ahora no solo consumo historias: las analizo, las cuestiono y las creo. El cambio de turista a viajero refleja un crecimiento personal y profesional que apenas comienza.

Construir un marco referencial sólido antes de viajar de Tánger a Dakhla es clave para evitar miradas simplistas y sesgadas. Consciente de los desafíos ideológicos y culturales, la autora busca fuentes fiables y enfoques críticos que le permitan abordar temas complejos —como feminismo e identidad— con profundidad, sensibilidad y rigor periodístico.

Elegir Bután como destino para un TFM en periodismo de viajes no fue un impulso, sino una apuesta desafiante y profundamente personal. A días de aterrizar, entre dudas, expectativas y aprendizajes previos, la autora se pregunta si estará a la altura. La respuesta, por ahora, es clara: definitivamente sí.

El viaje a la selva boliviana se transforma en un desafío doble: vivir y narrar con sentido. Esta semana, Carles Sancho descubre cómo el marco referencial no solo organiza su investigación, sino que da profundidad y rigor a su relato sobre conservación, tráfico de fauna y ecoturismo en Ambue Ari. Un recordatorio de que contar también implica comprender.

En su travesía hacia el Carnaval de Oruro, este periodista en formación se enfrenta a una duda esencial: ¿será suficiente todo lo investigado? Entre certezas, aprendizajes y nuevas preguntas, reafirma su compromiso con un periodismo que narra desde el asombro, pero también desde la reflexión crítica, buscando enriquecer el relato con profundidad, contexto y mirada propia.