Por Nancy Pedraza.
Durante un debate creativo en clase, los periodistas Iñaki Makazaga y María del Mar Villalba plantearon una pregunta que nos invitó a reflexionar sobre nuestro proyecto final: ¿Es posible ser periodista de viajes sin dejar huella? Más que un simple cuestionamiento, esta idea nos llevó a profundizar en el propósito de nuestro trabajo y a comprender el impacto que puede generar.
En mi caso, Vía Sacra nació de una inquietud personal: entender las historias que guardan las iglesias más allá de su arquitectura. No soy historiadora ni arquitecta, sino alguien que siempre ha sentido una conexión especial con estos espacios. Mi intención no es solo compartir datos, sino lograr que quienes escuchan, ven mis fotos o visitan los canales donde vivirá este proyecto puedan transportarse a esos lugares y épocas, descubrir sus secretos y comprender el contexto en el que fueron construidos. Pero en ese proceso, ¿estoy dejando una huella? ¿Cómo influye mi manera de contar estas historias en quienes las descubren a través de Vía Sacra?

Tengo cuatro reflexiones sobre cómo mi proyecto podría contribuir a dejar huella:
1. El impacto en la percepción de los espacios sagrados
Cada vez que hablo de una iglesia, su historia o su papel en la cultura, estoy influyendo en la forma en que otros la perciben. Puede que alguien que nunca antes se había detenido a observar estos templos comience a mirarlos con otros ojos. O que un viajero decida visitarlos por primera vez con una nueva perspectiva. La narrativa es poderosa y, aunque mi huella no sea física, mis palabras e imágenes pueden transformar la experiencia de quienes acceden a este contenido.
2. Ética y conservación: el turismo y su impacto
El Master Periodismo de Viajes tiene el poder de atraer más visitantes a ciertos lugares y, con ello, influir en su conservación. En Vía Sacra, exploro iglesias que han resistido siglos, terremotos y conflictos, pero también otras que están en peligro de desaparecer. Esto me lleva a preguntarme: ¿cómo compartir su historia sin contribuir a su deterioro? ¿Cómo promover una apreciación responsable de estos espacios? La forma en que contamos un destino puede marcar la diferencia entre su protección o su explotación.
3. Interpretación personal vs. relato histórico y académico
Mi enfoque tiene una parte académica, pero sin una profundidad excesiva. Me interesa descubrir los secretos de cada iglesia combinando investigación histórica con una mirada personal. No pretendo abordar cada aspecto técnico o arquitectónico en detalle, sino explorar lo esencial de su historia y su relevancia cultural. Al narrar desde mi experiencia, inevitablemente filtro la realidad a través de mi visión. ¿Hasta qué punto mi interpretación puede influir en la percepción de los demás? ¿Cómo equilibrar la emoción con el rigor académico?
4. El legado de la narración
Tal vez la huella más significativa de Vía Sacra no sea física, sino emocional. Si logro que alguien se detenga en una iglesia y se pregunte quién la construyó, qué historias han sucedido en su interior o qué significado tiene para su comunidad, entonces estaré dejando una huella. Pero quiero que sea una huella de reflexión, de apreciación y de conexión con el pasado.
Con este debate es evidente que es imposible ser periodista de viajes sin dejar huella. Sin embargo, lo que sí puedo decidir es qué tipo de huella quiero dejar. En Vía Sacra, no se trata solo de contar historias sobre iglesias, sino de generar una conexión más profunda con quienes las descubren a través de este proyecto. Quiero que cada relato inspire curiosidad, invite a la reflexión y motive a valorar estos espacios desde una nueva perspectiva.