Por Katerina Mandrygina.
Querido futuro viajero / viajera,
Si estas leyendo esta carta es porque, de algún modo, el periodismo de viajes también te eligió a ti. No importa si vienes del mundo del contenido digital, del periodismo tradicional, del turismo o simplemente de una pasión por contar historias. Lo importante es que tienes algo que decir y un camino que recorrer. Esta carta es mi forma de compartirte lo que he aprendido, lo que me ha dolido, lo que me ha hecho crecer y lo que aún sueño construir.
Cuando comencé este viaje, lo hice con una cámara en mano y una intuición muy clara: quería mostrar lo mejor de México, pero no solo sus paisajes, sino también su gente, sus oficios, sus historias olvidadas, ahí entendí que lo más importante no era solo documentar, sino conectar. No buscaba vistas, buscaba voces.
Al principio dudaba si este trabajo que yo hacía podía llamarse «periodismo». Había una parte de mí que sentía que los creadores de contenido no éramos tomados en serio, como si nuestras historias tuvieran menos peso. Pero aprendí algo poderoso: el periodismo de viajes no depende del medio, sino del propósito. Somos periodistas cuando decidimos investigar, cuestionar, dar contexto y contar con ética. Somos creadores cuando ponemos el corazón y la estética al servicio de la historia. Y ambas cosas pueden y deben convivir.
Durante el máster aprendí a dar forma a proyectos que llevaba años imaginando. Me animé escribir artículos más reflexivos, preguntar a los mejores del medio si quieren unirse a mi camino, y sobre todo, a confiar más en mí. Porque sí, hay días donde los números en redes te hacen dudar, donde un video no tiene el alcance que esperabas o una marca te dice que no. Pero en esos días hay que volver a lo esencial: ¿para qué empezaste este camino?
En mi caso, para aportar. Para construir una comunidad. Para inspirar a otros a mirar con más profundidad. Para demostrar que hay muchas maneras de contar el mundo, y que las nuestras —las que vienen desde el respeto, la investigación y la sensibilidad— también valen. No se trata de coleccionar destinos, sino de tejer relaciones humanas a través de cada lugar que tocamos.
Quiero que sepas que estoy aquí para construir un espacio donde el periodismo y la creación de contenido no compitan, sino se nutran. Una comunidad que celebre lo mejor de México, que dé voz a quienes pocas veces son escuchados y que entienda que viajar no es escapar, sino profundizar. Estoy apostando por un proyecto que va más allá de mí, que siembra conexiones, que despierta conciencia y que inspira a otros a contar desde su propia verdad.
El turismo, tal como lo conocemos hoy, está lleno de contradicciones. A veces consume más de lo que aporta. Otras veces olvida que detrás de cada “pueblo mágico” hay una comunidad viva, con memoria, problemas y sueños. Mostrar el encanto, sí, pero también los retos. Abrir el espacio a voces locales. Preguntarnos siempre: ¿a quién sirve esta historia?
A ti, que estás por comenzar este camino, te dejo algunos puntos que me acompañan:
No necesitas millones de seguidores para hacer un buen periodismo de viajes. Necesitas una mirada propia y la capacidad de escuchar.
No te obsesiones con el algoritmo. Haz contenido que te represente, que sume, que te haga sentir orgulloso /orgullosa aunque no explote en likes.
Cuida tus valores. En un mundo donde todo se puede vender, que tu voz no esté en renta.
Abraza tus miedos. Yo también dudé, también me sentí sola o fuera de lugar. Pero cada paso me acercó más a mi autenticidad.
Tu historia también cuenta. No temas aparecer en tu narrativa. Se tú, se parte de la historia que narras, vívela.
El periodismo de viajes no es solo una profesión, es una responsabilidad. Ojalá sigas creando con intención, viajando con respeto y contando historias que dejen huella. No hace falta que tengas todas las respuestas: basta con que te hagas las preguntas correctas. No olvides que el mundo cambia con cada relato que elegimos contar… y también con los que decidimos callar. Cuida tu voz, porque puede abrir caminos para otros.
Nos encontraremos en los caminos,
Kate
Este artículo forma parte de las prácticas realizadas por los alumnos del Máster en Periodismo de Viajes y Máster en Periodismo Gastronómico de la School of Travel Journalism.
