Por Raquel Alcalde Chamorro.
Diana Melo, en la clase de Gestión de Redes Sociales, nos habló sobre el poder de los arquetipos de personalidad de marca. Lo que más me llamó la atención fue cómo estos arquetipos, más allá de ser simples etiquetas, orientan la identidad de un proyecto documental, dándole coherencia interna y conexión emocional con quienes nos leen, ven u oyen. Nos ayudan a dejar claro cómo queremos que nos perciban.

Aunque mi Proyecto de Fin de Máster de Periodismo de Viajes no se desenvuelve completamente en el mundo de las redes sociales, los arquetipos pueden adaptarse perfectamente al tipo de formato que he elegido para mi trabajo: un documental. Me percaté que también sirven para definir la esencia
e imagen de un proyecto audiovisual.
Si traslado este concepto a mi trabajo sobre Madeira, veo cómo ciertos arquetipos podrían influir en la forma en la que estoy desarrollando la identidad de mi documental. En particular, el arquetipo del «Sabio» me resulta irresistible.
Este representa la búsqueda de la verdad y el conocimiento. Se caracteriza por aportar información larga y profunda con el objetivo de enseñar. Guía a los demás a través del entendimiento a través de curiosidades e historia. De él me atrae la idea de profundizar en el conocimiento y ofrecer una perspectiva reflexiva sobre la isla, un destino cuyo patrimonio cultural y natural es tan vasto y lleno de matices.
Mi enfoque se aleja de la simple narración; se busca más bien una visión que invite a descubrir y a entender. A través de mi mirada, quiero ofrecer al espectador algo más que datos; quiero proporcionar una experiencia que lo enriquezca y lo conecte de manera más íntima con el lugar.
El reto, sin embargo, radica en encontrar el equilibrio perfecto entre un contenido exhaustivo y la necesidad de hacerlo accesible para una audiencia general. Este es uno de los grandes desafíos de mi proyecto: no solo quiero que el espectador aprenda, sino que también se emocione, que se sienta parte del viaje que quiero compartir.
Mi hipótesis, entonces, es que el arquetipo del «Sabio» puede ofrecer una estructura sólida y atractiva para el documental, siempre y cuando logre conjugar el conocimiento profundo con la capacidad de emocionar. Tal vez el secreto esté en combinarlo con alguno de los otros seis arquetipos que Diana aún nos tiene guardados para la siguiente clase, buscando equilibrio entre razón y emoción.
En relación con la pregunta que me planteé en la clase de Iosu López, sobre cómo equilibrar la planificación previa con la flexibilidad necesaria para captar momentos espontáneos en un documental de viaje, todavía no tengo una respuesta definitiva.
Comprendo que la planificación es fundamental para un producto cohesionado, pero también mantengo que, en un lugar tan dinámico y cambiante como Madeira, es inevitable que surjan momentos inesperados que enriquecerán el documental. Aún me encuentro en el proceso de decidir cómo integrar la flexibilidad dentro de una estructura planificada sin perder la esencia del proyecto.
En conclusión, diría que lo aprendido en la clase de Gestión de Redes Sociales del jueves pasado no ha cambiado por completo mi forma de abordar este proyecto aunque sí que me ha ayudado a definir como quiero narrarlo. Cada día estoy más feliz de saber que mi planificación está avanzando y que estoy creando algo significativo. Ahora veo con mayor claridad cómo estructurar el documental, guiar la investigación y cómo dar coherencia a la producción. Este enfoque, lejos de ser una limitación, abre muchas más puertas para dotar al proyecto de profundidad.
Hasta ahora, no había pensado en la audiencia y gracias a esta clase, me dí cuenta de que es un factor muy importante ya que no se trata de transmitir información al aire, sino que habrá personas que lo vean y tenía que haber pensado antes en ellas. Estoy convencida de que a partir de ahora, con estos conocimientos, mi trabajo tomará un nivel de profundidad y autenticidad mayor.
Este artículo forma parte de las prácticas realizadas por los alumnos del Máster en Periodismo de Viajes y Máster en Periodismo Gastronómico de la School of Travel Journalism.
