La Seu Vella: historia y tradición en el corazón de Lleida

Por Estefani Rodríguez.

Ubicada en lo alto de un cerro, esta catedral medieval es uno de los principales símbolos del patrimonio catalán, atrayendo a miles de visitantes que buscan sumergirse en su riqueza arquitectónica y su vibrante pasado.

Construida sobre una antigua mezquita musulmana, La Seu Vella comenzó a tomar forma en el siglo XIII bajo la dirección del maestro Pere de Coma. Su estilo gótico con influencias toscanas, tolosanas y provenzales la convierte en una joya del arte medieval. Al recorrer su interior, se pueden admirar restos de pintura mural y esculturas que narran la evolución de este monumento a lo largo de los siglos.


Pero la catedral no está sola en su grandeza. A su lado, el castillo de la Suda, también conocido como «Castillo del Rey», se alza imponente. Construido en el año 882, este emblemático fuerte islámico fue recuperado para el público en 2011, permitiendo a los visitantes conocer su historia a través de un moderno centro de interpretación y una experiencia audiovisual en su sala real. Desde su mirador, accesible por ascensor, se pueden disfrutar de las mejores vistas panorámicas de la ciudad.


No es de extrañar que desde hace años se impulse su candidatura para ser declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. «Mucha gente visita Lleida con el propósito de conocer la Seu Vella. Para nosotros, es el principal atractivo de la ciudad. Cuando hablamos de promoción de recursos patrimoniales, el elemento indispensable es la Seu Vella», afirma Gemma Segués Solsona, Técnica de Turismo en el Departamento de Turismo de Lleida.


Según Segués, este recinto cuenta con visitas guiadas durante todo el año, aunque es entre primavera y verano cuando se intensifican las actividades. «Se organizan eventos especiales como las noches de luna llena, donde la catedral abre en horarios nocturnos y se realizan conciertos, sesiones de yoga y actividades culturales para todo público», destaca. No obstante, el turismo en esta ciudad no se detiene tan solo por este atractivo.


Lérida, como se le denomina en español, también ofrece otros patrimonios notables como el Castillo Templario de Gardeny, el Museo de Lleida y el centro histórico, además de una creciente oferta gastronómica. «Este año nos hemos enfocado en potenciar la gastronomía local y sostenible, ya que este 2025 Cataluña es la región mundial de la gastronomía», agrega la experta en turismo.
Cabe señalar que los visitantes provienen principalmente de Cataluña, Madrid, País Vasco, Comunidad Valenciana y Aragón, con una notable presencia de franceses, italianos, alemanes e ingleses. «El perfil de nuestros turistas suele ser de parejas entre 25 y 45 años y familias con niños», detalla.


Si algo caracteriza a este destino es su atmósfera apacible y accesible. «Es una ciudad perfecta para quienes buscan un sitio tranquilo, con distancias cortas que pueden recorrer a pie, ideal para desconectar del bullicio de las grandes ciudades», recomienda.


Así, Lleida sorprende a quienes deciden explorarla. Ya sea para una escapada de fin de semana o una visita más extensa, la ciudad en general ofrece una experiencia auténtica y enriquecedora, alejada del bullicio de los destinos turísticos masificados. Un lugar donde la historia se encuentra con la modernidad y donde cada rincón cuenta una historia que merece ser descubierta.

Este artículo forma parte de las prácticas realizadas por los alumnos del Máster en Periodismo de Viajes y Máster en Periodismo Gastronómico de la School of Travel Journalism.

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