Por Roger Niell.
En esta primera publicación para el blog de la escuela, quiero hablar de la clase de Metodología de la Investigación que nos impartió la profesora Juliana González Rivera. En ella, pusimos el énfasis en establecer el enfoque y definir muy bien los objetivos y las preguntas que unos se debe formular antes de empezar el proyecto de investigación periodística. Juliana nos indicó que lo primero que tenemos que tener muy claro es qué queremos contar con nuestro proyecto. En periodismo, las historias deben aportar una información que sea nueva o poco conocida y que pueda contribuir a dar visibilidad a realidades escondidas, ignoradas o que no hayan sido tratadas anteriormente (o no con ese punto de vista), para así generar un impacto social que contribuya positivamente en la sociedad. Para tal objetivo es esencial mantener siempre los ojos abiertos y preguntarse cosas que suceden a tu alrededor y su porqué. De este modo, nuestra capacidad de análisis nos ayudará a detectar los problemas pero también nos permitirá realizarnos las preguntas clave para dar respuesta a esta problemática. A partir de ahí, es primordial definir un marco de investigación conciso y muy bien definido y razonado, que comprenda un proceso investigativo acorde con el alcance de nuestro proyecto pero que también denote nuestro interés principal y dónde vamos a centrar nuestra atención, es decir, aquello que más nos interesa desarrollar. Tener muy claro qué queremos contar, de qué forma vamos a hacerlo y qué pasos vamos a seguir tiene que ser la columna vertebral de cualquier proyecto que emprendamos.

Esta clase personalmente me pareció clave para la preparación del viaje de final del master y para la preparación previa. En mi caso, el destino que escogí fue Taiwan. Inicialmente, lo que más más me despertó el interés sobre esta isla fue su relativo desconocimiento. Me explico. Todo el mundo conoce Taiwan y ha oído hablar de este país puesto que gran parte de nuestros dispositivos electrónicos han sido fabricados allí, ya sean sus partes o en su totalidad. Famosa es la frase “Made in Taiwan” que seguro que todos hemos visto en algún momento u otro de nuestras vidas. Pero yo personalmente no conozco a nadie que haya visitado Taiwan para hacer turismo allí. Me considero una persona que le gusta mucho viajar pero en los últimos años, me cansa y me aburre ver cómo todo el mundo va a los mismos sitios, viven las mismas experiencias y sacan las mismas fotos.
Entiendo que hay un factor importante a tener en cuenta como son las redes sociales, que, en mi opinión, homogeneizan los pensamientos colectivos y contribuyen directamente al aborregamiento y en convertir a los humanos en rebaños de ovejas sin espíritu crítico ni interés propio (véase Tailandia, Bali, las islas Canarias, Portugal, México, etc.), así como los acuerdos a los que llegan los países entre ellos y con las compañías aéreas para atraer el máximo de turistas posibles, puesto que esto significa un ingreso descomunal para las arcas de los estados receptores.
De ahí nació mi curiosidad por Taiwan: “hidden in plain sight” (escondida a plena vista), como dirían los angloparlantes. Una vez tuve clara mi elección, me encontré con la primera duda: ¿qué voy a contar sobre Taiwan? Conozco muy poco sobre este país, más allá de su tensión con China y su escandalosa y vertiginosa modernización pero no conocía más que esto. En este punto, me puse a indagar sobre la historia de Taiwan y me puse en contacto con mi amiga taiwanesa, Nellie. Ella me descubrió la realidad aborigen de la isla, que se remonta al Paleolítico y que, según la gran mayoría de expertos, se trata del origen de las poblaciones austronesias, es decir, que se tratan de los antecesores de los malayos, indonesios, aborígenes australianos y la miríada de grupos étnicos que pueblan las islas del Pacífico sur, como Samoa, Micronesia, Tonga, Vanuatu o la propia Hawaii.
Tengo que reconocer que inicialmente no pensé que este tema sería suficiente para mi trabajo pero con los días y con una profundización en el tema me han hecho dar cuenta de que es un tema muy interesante y que tiene mucho recorrido investigativo. A partir de esta reflexión y de las enseñanzas de la profesora Juliana González, voy a plantearme las preguntas adecuadas para poder desarrollar de forma rigurosa y periodística esta realidad de Taiwan que sigue muy presente en el día a día del país y de su gente.