No hay crecimiento sin aprendizaje

Por Ismael Acosta.

Llevaba mucho tiempo queriendo dar un vuelco a mi vida y a mi profesión. Haber estudiado una carrera en comunicación no implica ser un experto en periodismo, ni mucho menos. “Décadas”, aunque me cueste bastante asumirlo, han pasado desde entonces y, como todo, el mundo del periodismo y la comunicación y sobre todo la manera de estudiarlo, ha dado un giro de 180º. En aquella época había pocas escuelas que formaran a este tipo de profesionales, sin decir que el mundo “online” era prácticamente inexistente.

“Messenger” era lo último en comunicación virtual y varias páginas web de “ligoteo” se volvían imprescindibles en nuestras vidas. Hoy en día no queda nada de ellas. Ni siquiera los nostálgicos, porque hay nostálgicos para todo, se acuerdan de ellas. No es fácil elegir un máster o curso online entre toda la oferta que existe actualmente.

Tenía claro lo que quería: un “update” del mundo de la comunicación, en general, ya que, por distintos motivos, me había alejado unos cuantos años del sector. Quería volver a meter la cabeza, hacer un barrido y un aprendizaje global de aquellos aspectos que habían evolucionado en el tiempo “sabático” que había estado alejado.


Una semana no da tiempo a mucho, pero ha sido suficiente para poner un poco la casa en orden. Un folio en blanco, un bolígrafo y pros y contras de lo aprendido en el último año.


Está claro que un máster no es la panacea y que es imposible aprender y pretender salir con el título de “experto” ya que, lo aprendido hoy el mes que viene ha quedado obsoleto, han aparecido herramientas nuevas o, simplemente han desaparecido.


Ser periodista no es solo empezar a teclear como si estuvieras tocando el piano. Es aprender a observar, tener capacidad de investigación y, sobre todo, aprender a escuchar. De manera global, este es el mayor aprendizaje que me llevo del máster. Siempre me han interesado los grandes reportajes de viaje. Antes los leía o los veía como un mero espectador. Puro entretenimiento. Ahora apunto, miro con mayor detenimiento, me pregunto que fuentes habrá consultado, que tipo de lentes habrá utilizado para conseguir esa foto y, sobre todo, cuanto tiempo ha tenido que esperar para conseguirla.

Aunque todavía queda un largo camino por recorrer, noto que mi enfoque al escribir va cambiando y mejorando poco a poco. Una semana me ha valido para darle un gran empujón a mi TFM. Me di cuenta que ya no organizo vacaciones con mis amigos, sino que ahora quiero descubrir, en mayor profundidad, cosas que antes ni me planteaba. Mi “yo” turista queda atrás para dar paso a mi nuevo “yo” viajero.


Donde antes leía opiniones de los demás, ahora soy yo el que las creo. Se como satisfacer mi curiosidad, sin tener que recurrir a otros, pero lo más importante es que ahora mismo tengo más recursos para afrontar diferentes situaciones de los que antes carecía.


Seguir caminando, siendo constante y dejar o saber sortear los miedos son indispensables para alcanzar cualquier objetivo que te propongas.

Este artículo forma parte de las prácticas realizadas por los alumnos del Máster en Periodismo de Viajes y Máster en Periodismo Gastronómico de la School of Travel Journalism.

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